Cinco nuevas islas, hasta entonces desconocidas, han sido descubiertas por la Flota del Norte de Rusia durante una expedición por el archipiélago Tierra de Francisco José. Durante el viaje, los pioneros del siglo XXI recorrieron casi 7.300 km y realizaron 25 desembarcos en los lugares más remotos de nuestro planeta.
El medio Sputnik ha conversado con el jefe del servicio hidrográfico de la Flota del Norte de Rusia, capitán del primer rango Alexéi Kornis, para saber cuándo los nuevos descubrimientos serán bautizados y qué es el correo de botella.
La ruta de la expedición
Kornis explicó:
«Esta ruta fue desarrollada por Serguéi Churkin, de la Sociedad Geográfica Rusa, a partir de las rutas de los pioneros Julius von Payer, Frederick Jackson y algunos otros. Han pasado más de 100 años desde que comenzó el estudio de la Tierra de Francisco José y hoy en día es difícil encontrar algo nuevo allí, ya que muchos territorios han sido descubiertos por expediciones anteriores».
No obstante, cinco islas fueron encontradas en la bahía de Wiese en Nueva Zembla, dos de ellas muy pequeñas, de 30 metros de largo. De momento, cuesta valorar su importancia. Estas islas se han formado del material de un glaciar que ha desaparecido. Un glaciólogo de la expedición sugirió que podrían colapsar en 10 años, pero a Kornis esta hipótesis le parece poco probable, ya que la bahía está bien cubierta.
De acuerdo con el científico, lo ideal sería que alguien se encargara de observar cómo se forman y cómo permanecen estas islas, «porque de estos estudios se pueden sacar conclusiones sobre cómo nace la vida en la Tierra».
Estas islas surgieron recientemente, en 2014, cuando un glaciar desapareció. Primero, allí aparecieron algas, en algunas zonas comenzó a formarse una capa de humus, aparecen pájaros, están creciendo plantas e incluso hay restos de una foca asesinada por un oso. La vida allí imita el proceso de la vida natural.
Mensajes en botellas
Kornis explicó:
«En esta expedición decidimos no solo izar la bandera de Rusia y dejar un mensaje a las futuras generaciones, esto ya lo hemos hecho antes. Esta vez decidimos que si se lee dentro de 50 años, una nota no será suficiente, las fotos contarán más sobre la época. Así que tomamos fotos durante los desembarcos, las copiamos en disco, […] y también puse mi tarjeta de visita allí».
Además, explicó:
«Eso es lo que hacía Frederick Jackson cuando caminaba por las tierras inexploradas del archipiélago. Ponía un frasco o una botella con una nota, así como su tarjeta de visita y un centavo inglés adentro de pequeñas colinas hechas de piedras. Nosotros también escribíamos un texto parecido y lo firmábamos. Yo, sin embargo, siempre olvidaba poner el rublo ruso».
El equipo de científicos también llevó a cabo otro experimento histórico: el correo de botella. Ponían una nota dentro de las botellas de champán, las sellaban y las arrojaban en diferentes lugares del mar.
Otro pequeño experimento estaba relacionado con los llamados depósitos. Todos los pioneros hacían depósitos de comida o ropa para ellos mismos o para expediciones posteriores, varios de ellos en la Tierra de Francisco José.
Se sabe que la expedición de 1913 dejó unos depósitos de alimentos en la península de Taimir y hasta la década de 1970 permanecieron intactos. Fueron encontrados por casualidad y enviados al Instituto de Industria Alimentaria, donde reconocieron que se habían preservado sus propiedades nutricionales.
La expedición de Kornis decidió dejar la comida enlatada al descubierto y, si los osos no la destrozan, dentro de 50 años será posible ver si todavía se puede comer.
Fuente: Sputnik
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