NASA quiere enviar robots que cambien de forma a las misteriosas lunas alienígenas alrededor de Saturno.
La agencia espacial espera que los robots, que «convierten ideas que suenan a ciencia ficción en hechos científicos», finalmente puedan ayudarnos a aprender más sobre la superficie del mundo, así como ayudarnos a arrojar luz sobre si podrían apoyar la vida extraterrestre.
El robot Shapeshifter pretende dirigirse a la luna Titán de Saturno, que es el único otro lugar en nuestro sistema solar que tiene líquido en forma de lagos de metano, ríos y mares que están en su superficie, según Ali Agha, investigador principal del Jet Propulsion Laboratory de la NASA.
La NASA ya aprendió acerca de Titán a través de los sobrevuelos realizados por la misión Cassini, que pasó más de cien veces. Al hacerlo, cartografió la superficie y descubrió que se parecía sorprendentemente similar a la Tierra, aunque sus lagos y lluvia están hechos de metano y etano, que son gases en la Tierra.
Pero los investigadores aún quieren aprender más sobre lo que está sucediendo en esa superficie.
Agha dijo en un comunicado:
«Tenemos información muy limitada sobre la composición de la superficie. erreno rocoso, lagos de metano, criovolcanes: potencialmente tenemos todo esto, pero no lo sabemos con certeza. Así que pensamos en cómo crear un sistema que sea versátil y capaz de atravesar diferentes tipos de terreno, pero también lo suficientemente compacto como para lanzarlo en un cohete».
Robots que se adapten al entorno de Titán
Para examinar esa superficie, Agha y el resto del equipo Shapeshifter crearán un concepto para un robot que en realidad está hecho de una serie de otros robots más pequeños, llamados «cobots». Los cobots incluirían una pequeña hélice y podrían volar alrededor del mundo de forma independiente, pero también se conectarían para crear largas cadenas para sumergirse en las profundidades de la superficie, o agruparse en una bola para rodar y ahorrar energía.
Los cobots son actualmente semiautónomos, pero la NASA necesitará construir cobots que puedan mantenerse unidos sin que se lo controle desde la Tierra.
Agha imagina que los «cambiaformas» caerán de una nave nodriza, que caerá en la superficie por un paracaídas. Eso serviría como fuente de energía y también se vería después de los instrumentos científicos que pueden usarse para analizar muestras.
El concepto se presentará a la Advanced Concepts Initiative de la NASA en 2020, con la esperanza de que sea aprobado para su desarrollo. Pero pueden pasar muchos años hasta que llegue, con otra de las naves espaciales de la NASA, conocida como Dragonfly, que se lanzará en 2026.
Fuente: The Independent
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