Por décadas, científicos habían observado una fantástica criatura marina sin poderla estudiar. Y es que, dicha criatura posee una estructura mucosa tan delicada que resultaba imposible de manipular o llevar al laboratorio sin causarle un daño total. Ni se imaginaban que esta pudiera eliminar desechos del mar. ¿De qué se trata?
Observando de lejos la misteriosa criatura marina
La larva gigante, cuyo nombre científico es Bathochordaeus, es un misterioso invertebrado del tamaño de un puño. Se encuentra rodeada de una enorme membrana de mucosa de alrededor de un metro de ancho. La estructura mucosa no es mero desperdicio o una capa sencilla como luego pudieron observar los estudiosos.
Habían pasado años haciendo esfuerzos por estudiar más de cerca estas criaturas marinas y sus envolturas. Sin embargo, tratar de llevarlos de vuelta a un laboratorio siempre fue un fracaso. Tratar de atrapar uno de estos en redes habría supuesto destruirlo en el arrastre y transformarlo en un amasijo gelatinoso.
De cualquier manera, sacarlo de su hábitat representaría la destrucción de la muestra. Estudiarlo en su entorno es lo que mejor arrojó resultados. Sin embargo, las profundidades marinas no fueron un excelente entorno para la observación hasta que llegó la tecnología.
Herramientas que contribuyeron al estudio
Para poder observar mejor esta estructura delgada y cristalina, comenzaron inyectándoles tinte a la criatura marina. Así se les dio color y se pudo capturar las primeras fotografías algo más detalladas. Sin embargo, estas observaciones no decían nada de cómo funcionaban ni de cómo se alimentaban.
Luego de mucho tiempo de intentos, científicos del Instituto de la Bahía de Monterrey consiguieron una forma de hacer observaciones más de cerca. En una publicación en la revista Nature, describieron cómo pudieron escanear algunos ejemplares con un robot provisto de tecnología láser.
Como radiólogos sumergidos en el océano, los científicos pudieron realizar tomografías computarizadas que mostraron a detalle la estructura envolvente. Además, observaron cómo eran los movimientos del agua de esta guarida. Descubrieron que había cámaras y pasillos elaborados que ni imaginaban.
Estas tomas permitieron realizar modelos computarizados que los científicos utilizaban para hacer paseos con cascos de realidad virtual dentro de las estructuras. Estas visitas dentro de la guarida revelaron una compleja red de pasillos y todo un sistema de filtrado y recolección de desechos.
Develando los secretos del misterioso invertebrado
Las larvas utilizan su cola para bombear agua hacia el interior a través de unos filtros a razón de 100 litros por hora. Se estimó que las criaturas, en conjunto, podían filtrar toda el agua de 100 a 300 metros de profundidad en menos de 2 semanas.
Por supuesto que un ritmo de filtrado de esta magnitud les causa una acumulación constante de desechos que se adhieren al moco. Para esto, las larvas tienen un sistema de reposición de este filtro en un lapso de tiempo de una vez por día. Cuando la vieja guarida es desprendida por la larva, esta se dirige hacia el fondo del océano repleta de desechos ricos en carbono.
Los investigadores así pudieron descubrir que dicha criatura marina gigante y su mucosidad lleva a cabo un importantísimo papel en mantener al océano libre de dióxido de carbono. De no hacerse este trabajo, cantidades ingentes de CO2 irían a parar a la atmósfera calentando el planeta.
Este es solo un aspecto más del vital papel de los océanos de mantener puro el aire y frenar el calentamiento global. Es interesante que los océanos absorben el 25% del dióxido que liberamos y el 90% del calor que produce la actividad humana.
Un sistema útil para la bioingeniería
Esta interesante estructura puede enseñarnos cómo hacer nuevos diseños de filtros expandibles para aplicaciones submarinas o espaciales. Es muy llamativo que una criatura marina se valga de una estructura de pocos milímetros de diámetro para expandirla hasta un metro de envergadura.
Se trata de una forma de sobrevivir en el océano totalmente novedosa para la comunidad científica. Descubrir cosas como estas nos maravillan y nos ayudan a sentir un mayor respeto por el complejo sistema natural del que somos parte, que aún nos protege y que debemos salvaguardar.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature.
Referencias:
- This fantastical sea creature helps remove planet-warming gases from the atmosphere
https://www.latimes.com/california/story/2020-06-07/deep-sea-mucus-larvacean - These gorgeous, intricate sea creatures are actually giant blobs of snot
https://www.livescience.com/giant-larvacean-mucus-houses-3d-imaging.html
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