Uno de los elementos naturales que mayor fascinación hacen sentir son los cielos, y todos los misterios que esconden. Desde antaño la humanidad ha mirado con admiración y asombro el firmamento. Lo que se sabe actualmente del cielo es bastante en comparación con el pasado, pero aún queda mucho por aprender.
Ahora bien, quienes observan el cielo en la actualidad se encuentran con un panorama diferente al de años anteriores. Nuestros ancestros podían ver la luz de miles de estrellas, galaxias y planetas. Pero hoy día, el espacio sideral que rodea nuestro planeta cuenta con la presencia de otros objetos luminosos: los satélites.
¿Quién controla la proliferación de satélites en el espacio?
Cuando observamos el cielo nocturno, generalmente nos topamos con la hermosa luz de miles de estrellas. Nuestro satélite natural, la Luna, adorna el firmamento con la elegancia que le caracteriza. Y cada cierto tiempo disfrutamos de la dicha de ver un cometa o estrella fugaz surcar el cielo. Espectáculos únicos sin duda.
Pero la era moderna ha elevado sobre el cielo aparatos sofisticados, llamados satélites. Estos son los encargados de las telecomunicaciones, lo incluye la televisión y el Internet. Sin estos objetos orbitando el planeta, no podríamos disfrutar de estos servicios tan valiosos y necesarios, pero hay un problema.
Las compañías encargadas de producir y poner en marcha estos satélites parecen no tener límites al usar del espacio aéreo. Son cientos los satélites que justo ahora están haciendo orbita alrededor del planeta, y cientos más vienen en camino. La pregunta obligada es: ¿hay leyes que regulen el uso del espacio aéreo terrestre?
¿Por qué supone un problema la puesta en órbita de cientos de satélites?
Para responder esta pregunta es necesario entender la magnitud del uso de satélites artificiales que se han puesto en marcha. Una de las grandes compañías que fabrican estos artefactos es SpaceX. Su fundador, Elon Musk, sostiene el ideal de ofrecer Internet a billones de personas, y este es un noble ideal.
Con esta finalidad, SpaceX ya ha lanzado al espacio unos 120 satélites, y pretende lanzar otros 60 cada semana. Otras compañías también han lanzado ya miles de estos, y sus intenciones no cambiarán en el futuro. Así que dentro de poco tendremos un cielo nocturno repleto de luces artificiales.
Esta profusión de contaminación lumínica pudiera significar poco menos que un problema para un ciudadano común. Pero para quienes estudian la astronomía o se dedican a la astrofotografía, las repercusiones pudieran ser mucho mayores. El cielo nocturno sin duda no será el mismo que hace unas décadas atrás.
No es solo cuestión de estética
La pérdida del cielo nocturno no es solo un problema relacionado con la estética, o un capricho de unos cuantos descontentos. El paisaje estelar repleto de estrellas y luces ha sido usado durante milenios por las aves migratorias. Estas se valen de la posición de las estrellas como si de un mapa se tratase, para guiarse al viajar.
Pero con tantas luces artificiales causando estorbo, pudieran terminar perdidas o desorientadas. Así que es un asunto que las autoridades competentes harían bien en examinar. Velar por un cielo despejado pudiera garantizar la supervivencia de algunas especies del planeta. Sin duda son necesarias regulaciones legales.
El asunto está aún sin ser atendido
La capacidad de lanzar satélites al espacio de forma tan sencilla se encuentra ahora en un punto ciego. Con una libertad prácticamente absoluta, las compañías tecnológicas usan el espacio aéreo terrestre para colocar allí cuantos satélites necesiten. Las consecuencias sociales y medio ambientales parecen no importar.
Lo cierto es que quien pueda pagar más o tenga los medios como hacerlo, puede usar el cielo a voluntad. Pero en algún momento se debe poner freno y control a esta realidad, velando así por el medio ambiente. Por ahora, algunos medioambientalistas intentan crear conciencia y buscan apoyo en las masas.
No podemos minimizar el enorme aporte que las telecomunicaciones han supuesto para la sociedad moderna. Y no se pretende ir en contra de la ciencia y tecnología, usada con conciencia. Pero es necesario prever las consecuencias que a mediano y largo plazo su uso pudiera tener en la vida terrestre.
Referencias:
- The Night Sky Will Never Be the Same
https://www.theatlantic.com/science/archive/2020/02/spacex-starlink-astronomy/606169/ - The night sky will never be the same — Elon Musk’s plan for worldwide internet has sent bright artificial lights streaking through the dark
https://tildes.net/~space/lo3/the_night_sky_will_never_be_the_same_elon_musks_plan_for_worldwide_internet_has_sent_bright - Estamos a punto de perder el cielo nocturno
https://www.astro.princeton.edu/~gbakos/satellites/petition-es.html
Por: Luisa Lugo
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