La limpieza de la central nuclear de Fukushima se dirige hacia un obstáculo importante.
En solo tres años, el proyecto se quedará sin espacio para contener sus reservas cada vez mayores de agua radiactiva. Según lo informado por el periódico japonés Asahi Shimbun, las autoridades ahora luchan por saber qué hacer con la acumulación de agua antes de que sea demasiado tarde.
Después de ser golpeado por un terremoto y un tsunami de 15 metros en 2011, tres reactores en la central nuclear de Fukushima Dai-ichi en el noreste de Japón sufrieron graves catástrofes, en lo que se convirtió en el segundo desastre nuclear más grave desde el Evento de Chernóbil de 1986. Si bien ahora se estima que se puede acceder de manera segura hasta el 96 por ciento de la planta de energía sin ropa protectora, se espera que tarde entre 30 y 40 años en descontaminar las áreas afectadas y completar el desmantelamiento de la planta.
Como parte de esta limpieza en curso, se construyeron aproximadamente 1.000 tanques especializados para almacenar las cantidades colosales de agua que llegaron con la ola del tsunami o se usaron para enfriar los reactores derretidos. Parte del agua ha sido tratada mediante la eliminación de cesio, aunque gran parte permanece radiactiva debido a la presencia de tritio, un isótopo de hidrógeno relativamente inofensivo que es difícil de separar del agua.
Actualmente hay más de 1.15 millones de toneladas de esta agua radiactiva almacenada en la instalación en 960 tanques y continúa acumulándose a un ritmo de aproximadamente 150 toneladas por día, lo que significa que los tanques podrían alcanzar su capacidad total en el verano de 2022.
Entonces, ¿qué sigue? Las autoridades japonesas y Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), que dirige la planta y lidera el proceso de limpieza, se reunieron la semana pasada para discutir las pocas opciones sobre la mesa. Su panel presentó un pequeño puñado de estrategias , incluida la evaporación del agua, inyectándola bajo tierra, o la construcción de más tanques de almacenamiento a largo plazo.
También han planteado la idea de bombear gradualmente el agua tratada al Océano Pacífico. Esta es la opción preferida por la Agencia Internacional de Energía Atómica y la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón, sin embargo, esta es una opción muy impopular entre los residentes locales, los pescadores y los ambientalistas (por razones bastante comprensibles).
Naoya Sekiya, profesora de ciencias sociales de desastres en la Universidad de Tokio, dijo a Associated Press:
«Cuando hablamos de la reconstrucción de Fukushima, la pregunta es si deberíamos priorizar el desmantelamiento a expensas de la vida de las personas de Fukushima. El problema no es solo acerca de la ciencia».
Fuente: IFL Science
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