¿Cómo construir un jardín especial para los polinizadores?

Está más que claro que los polinizadores son un componente vital de nuestros ecosistemas. Aproximadamente el 80% de los cultivos utilizados para el consumo humano necesitan animales como abejas, mariposas e incluso murciélagos para transportar el polen de una planta a otra con el fin de reproducirse.

Por desgracia, los polinizadores se enfrentan a varios retos en todo el mundo. Las abejas de la miel sufren actualmente el trastorno del colapso de las colonias, causado por la pérdida de hábitat, los pesticidas y las enfermedades. Estos factores negativos también afectan a las abejas autóctonas. Además, la población de mariposas como la monarca también está disminuyendo considerablemente.

Sin polinizadores, estaríamos perdidos. No, peor aún: pasaríamos hambre. Y, con el tiempo, nuestro planeta estaría en grave peligro de extinción masiva.

Pero las investigaciones demuestran que la gente puede ayudar a propagar los polinizadores plantando especies autóctonas en sus jardines. Para ello, hay que «pensar como una abeja», dice Douglas Tallamy, catedrático de entomología y ecología de la fauna salvaje de la Universidad de Delaware.

Principios rectores

Tallamy, autor de Nature’s Best Hope: A New Approach to Conservation that Starts in Your Yard, subraya la importancia de centrar los jardines en las abejas.

Estos bichitos son polinizadores más eficaces que las mariposas. Tienen diminutos pelos que atrapan el polen y ayudan a transferirlo de una planta a otra. Las abejas también saben elegir las zonas adecuadas de una flor, frotando el polen directamente sobre el estigma pegajoso, la parte femenina de la flor.

Las especies de abejas pueden dividirse en dos tipos: especialistas y generalistas. A las especialistas les gusta alimentarse de determinados tipos de plantas, mientras que las generalistas tienen una dieta más variada. Según Tallamy, cuando planifiques tu jardín, debes diseñarlo para las abejas especialistas. Su lógica es sólida: Si satisface a las más exigentes, las generalistas seguirán participando en el festín.

Los girasoles, por ejemplo, son una de las mejores plantas para el jardín, porque benefician a muchas especies de abejas. Si planta un parterre de girasoles, no sólo atraerá a las abejas especializadas, sino también a las generalistas, como los abejorros y las abejas de la miel.

No importa qué flores plante, sus beneficios irán más allá de las abejas. Al final de la temporada de floración, los girasoles se secan, dejando semillas que atraen a varios tipos de pájaros, murciélagos y ratones en busca de una comida nutritiva.

Girasol. Imaen: mploscar / Pixabay

También debes considerar la posibilidad de mantener una población sana y diversa de plantas para que florezcan durante todo el año. Siguiendo con el ejemplo anterior, la mayoría de los girasoles florecen entre mediados de verano y principios de otoño, por lo que deberías asegurarte de tener también flores de primavera, como milenrama común o geranio silvestre en tu jardín. Mantener flores durante todo el año (o lo más cerca que pueda) garantizará que su jardín de polinizadores alcance su máximo potencial.

Su jardín debe ser más un hábitat exuberante para la vida silvestre que una exhibición para los transeúntes, así que no se centre sólo en las flores. Si sabe en qué plantas anidan o viven los polinizadores, su jardín será aún más útil. Un error muy común, por ejemplo, es no plantar algodoncillo porque es una mala hierba.

Pero las investigaciones demuestran que la disminución de plantas de algodoncillo es la principal causa del declive de la población de mariposas monarca. Estos majestuosos insectos prefieren poner sus huevos en las hojas del algodoncillo, por lo que plantar más de estas plantas perennes es la única forma de ayudar de verdad a esta especie.

Otras hierbas, como el diente de león y el trébol, también atraerán polinizadores a tu jardín durante la primavera y el verano.

Diente de león. Imagen: domeckopol / Pixabay

Qué plantar para los polinizadores

Si tienes la suerte de disponer de un jardín de 1.80 m por 1.80 m que recibe seis o más horas de sol al día, puedes plantar tus plantas directamente en el suelo. Si no dispones de terreno, tener aunque sólo sea un tipo de planta autóctona en el balcón de tu piso puede marcar la diferencia.

Pero antes de ir al vivero y comprar la primera belleza frondosa y colorida que te llame la atención, conviene saber qué plantas son autóctonas de tu región geográfica. Así podrás atender a los polinizadores locales y evitar que las especies invasoras se apoderen de tu jardín.

Trébol. Imagen: Siegella / Pixabay

Construye tu jardín

Una vez que tengas tus plantas, es hora de darles un nuevo hogar.

Si tienes terreno, empieza por lo básico. Primero, cava un hoyo el doble de grande que la maceta en la que venía la planta y, a continuación, sácala de la maceta. Afloja las raíces, colócala en el hoyo y rellénalo con la tierra que has excavado. Rellena la tierra y riega la nueva planta. Añade mantillo a la parcela a una profundidad no superior a una pulgada. Asegúrate de evitar los tallos. Amontonar demasiado mantillo alrededor de un tallo puede hacer que se pudra y que sea más susceptible a las plagas.

Puedes desherbar la parcela a mano cuando sea necesario, pero resiste el impulso de utilizar insecticidas, pesticidas y fungicidas una vez que tu huerto florezca, ya que también podrían matar a los polinizadores. Recuerda también que cultivar cualquier cosa lleva su tiempo. No te desanimes si tu huerto no se parece a lo que habías imaginado desde el principio: puede tardar un par de años en tener el aspecto deseado.

Cada granito de arena es importante

Como ciudadanos responsables del mundo, nos debemos a nosotros mismos y al planeta el máximo aprovechamiento de nuestra tierra. Sea cual sea su tamaño, tu jardín y los polinizadores que atraiga desempeñarán un papel importante en el mantenimiento de un ecosistema local próspero.

Con tus conocimientos sobre plantas y jardinería, puedes empezar a pensar más allá de los jardines. Puedes ser voluntario en reservas forestales para ayudar a plantar especies autóctonas, o puedes educar a la gente de tu comunidad sobre los polinizadores y las plantas autóctonas para que puedan poner de su parte.

Cada uno de nosotros puede contribuir. Si todos los tejados, alféizares, jardines domésticos y parcelas vacías de la ciudad se dedicaran a la conservación ecológica, no cabe duda de que se crearía un gran revuelo.

Imagen de portada: Bonnie Kittle / Unsplash

Referencias: PopSci

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