Es una frase lamentable y real. «Hay más piezas de plástico en el océano que estrellas en la galaxia de la Vía Láctea».
Anualmente ingresan al océano hasta 14 millones de toneladas de plástico, de las cuales el 40 por ciento se considera «de un solo uso», lo que significa que se deposita en el agua el mismo año en que se produjo.
La mayoría de los plásticos nunca se descomponen por completo; simplemente se fragmentan en piezas más pequeñas llamadas microplásticos (5 milímetros de diámetro o más pequeñas). Se han encontrado microplásticos en todos los rincones del mundo, desde la parte más profunda de la Fosa de las Marianas hasta la cima de los Pirineos franceses.
Abordar este problema de contaminación plástica, por supuesto, requiere limitar la producción de plástico. Pero los innovadores también están explorando formas de limpiar el plástico y el microplástico que ya está en el océano.
En un nuevo estudio publicado en la revista Matter, los científicos describen un nuevo tipo de nanotecnología que podría ayudar: pequeñas «nano-bobinas» magnéticas que crean reacciones químicas para descomponer los microplásticos en el océano. El proceso convierte el plástico en dióxido de carbono y agua.
Xiaoguang Duan, coautor del nuevo estudio, dijo a Business Insider que, aunque la técnica aún está en pañales, el estudio «proporciona una posible solución para abordar un problema global».
Pequeñas bobinas magnéticas podrían erosionar el microplástico
La nanotecnología se refiere a cualquier cosa menor que una billonésima parte de un metro, o la mitad del ancho de un cabello humano.
En este caso, Duan y su equipo crearon nanotubos microscópicos hechos de carbono y con forma de resortes de cama (es por eso que se llaman nano-bobinas).
Los tubos están recubiertos con nitrógeno y un metal magnético llamado manganeso. Estos dos compuestos químicos interactúan con las nano-bobinas para crear moléculas de oxígeno altamente reactivas, que a su vez atacan a los microplásticos.
El proceso convierte las piezas de plástico en compuestos de sal inofensivos, CO2 y agua.
Duan y su equipo agregaron las nano-bobinas a las muestras de agua contaminadas con contaminantes microplásticos, y observaron una reducción del 30 al 50 por ciento en los microplásticos en un período de ocho horas. Luego, los científicos eliminaron fácilmente las nano-bobinas del agua usando imanes para su posterior reutilización.
Duan dijo que se necesitan más pruebas antes de que esta tecnología esté lista para usarse en plantas de tratamiento de aguas residuales o en el océano, pero ese es su objetivo a largo plazo.
«Nuestro estudio actual aún se encuentra en una etapa de prueba de concepto en una escala de laboratorio».
Abundancia de microplásticos
Se han encontrado cantidades alarmantes de microplásticos en varios lugares inesperados, incluidas islas escasamente pobladas en el Océano Índico (donde los científicos encontraron más de 414 millones de pedazos de basura ) y las tripas de pequeños animales que viven en la parte más profunda del Océano Pacífico , unos 10.000 metros abajo.
Un estudio de 2015 estimó que hay entre 15 y 51 billones de piezas de microplástico en los océanos del mundo, con un peso de hasta 261.000 toneladas.
Los microplásticos son un problema para la vida marina: un estudio de 2013 encontró que los animales marinos pueden acumular químicos potencialmente peligrosos al comer esos plásticos. Eso puede llevarlos a sufrir tumores y problemas hepáticos.
Gran parte de los pescados y mariscos que ingerimos contienen microplásticos, y los contaminantes diminutos han aparecido en nuestras heces, según el Instituto Smithsonian. Los científicos aún no saben las consecuencias que los microplásticos tienen para la salud humana.
Fuente: Bussines Insider
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